domingo, 18 de octubre de 2009

LOS MORDISCOS

Una de las conductas más habituales y comunes en los niñ@s de 0-3 años es el mordisco. Puede comenzar como un comportamiento simpático a ojos de los papás y mamás pero puede tener consecuencias muy comprometidas.

Para reconducir una conducta inadecuada hay que seguir tres pasos:
- Entender por qué muerde y actuar sobre la causa de los mordiscos

- Repetir una y otra vez nuestra respuesta a esa conducta inadecuada
- Prevenir las situaciones de posible mordisco


POR QUÉ MUERDE Y CÓMO DEBEMOS ACTUAR

…..¡eso no se hace, está muy mal, mira cómo llora el pobre niño, eres un niño muy malo…!
Respuesta habitual de un papá/mamá ante su hij@ que muerde


¿Cuántas veces se oye esta respuesta ante el mordisco de un niñ@?

No hay que ver el mordisco como un detonante de enfado para el adulto y descargar nuestra ira con el niño. Conociendo a nuestro hij@ como lo conocemos somos capaces de intuir por qué lo ha hecho.
Éste es el principio del camino para acertar con nuestra respuesta al mordisco.

Muerde porque le duele la boca:
Nuestro niñ@ es un bebé y no diferencia lo que es inerte de lo que no lo es, le duele la boca y necesita morder, se lleva todo a la boca para explorar y conocer. Ante esta causa nuestra respuesta sería de comprensión:


“….no se muerde a los demás.., esto duele.., mira lo que le has hecho…”

Siempre debemos responder verbalmente, aprender y enseñar a solucionar los problemas con el leguaje. Después les mostraremos lo que ha hecho para reparar el daño mostrando cariño con el niñ@ dañado. Y le proporcionaremos objetos que pueda morder, además de no dejar de prestar atención para prevenir la repetición del mordisco.
Los bebés tiene una memoria muy frágil, asi que cuando lo repita, que seguro que lo hará, seguiremos siendo comprensivos, firmes y repetiremos nuestra respuesta hasta que su memoria sea capaz de realizar su función.

Muerde por experimentación y le gustó lo que consiguió:

“…qué gracioso es mi niñ@ mira cómo me muerde jajajjaj…..me hace cosquillas….”
Respuesta de papá/mamá cuando su hij@ comienza a morderle por primera vez

Es inevitable muchas veces ver cómo nuestro pequeñ@ nos muerde y cuánta gracia nos hace, nos reimos por ello, pero tengamos claro que ésta no es la respuesta que debe recibir. Nuestro comportamiento divertido es un refuerzo positivo ante esta conducta, y lo que estamos consiguiendo es que la repita una y otra vez con nosotros y con los demás, se convierte en una conducta aprendida más difícil de eliminar, y se transforma en un hábito, un mal hábito.

Otras muchas veces, cuando en el juego con nuestros hij@s ellos nos muerden nosotros respondemos con otro mordisco juguetón. Sin querer también estamos reforzando el mordisco. Nunca debemos olvidar que somos su modelo a seguir y no podemos flaquear, en el momento en que nos ve realizando esa acción le estamos dando via libre a realizarla también.

Si mamá y papá lo hacen por qué yo no? Cuandó está bien morder y cuando no? Por qué a veces puedo morder y otras veces me regañan?.....No lo entiendo..
Este podría ser su pensamiento desorientado en estos casos.

Dos podrían ser, las respuestas posibles:

- No hacerle caso, que el niñ@ no encuentre respuesta alguna y solo responderle a la conducta seguida al mordisco, por ejemplo

“ ¡ mira que bien has cogido mi mano!”/ “ ¿Has visto lo que tengo aquí? Mira!”……

La distracción y la no-respuesta a su conducta puede hacer que no la vuelva a repetir y que desaparezca por sí sola

- La segunda respuesta sería hablarle sobre las consecuencias de ese mordisco y decirle que no se hace más. Y como siempre, repetirle la misma respuesta siempre que nos muerda o muerda a los demás.

“eso no se hace, me haces daño….mira como se me ha puesto el brazo ( ver las consecuencias le ayuda a memorizar mejor la respuesta)…”


Muerde repetidamente a los demás para conseguir algo, aunque le digas que está mal
Lucía y Alejandro, de dos años recién cumplidos ambos, están jugando juntos en el parque, Rodrigo coge la pelota, Lucía la quiere pero Alejandro no se la entrega. Lucía insiste y ante la impotencia le da un buen bocado. La madre Alejandro corre a socorrer a su niño y el papá de Lucía la reprende el comportamiento…
Una situación muy común en los parques

En este ejemplo, Lucía ha conseguido dos respuesta a su mal comportamiento:
1.- Tras el mordisco consigue el juguete
2.- Tras el mordisco consigue también una reprimenda
Hagamos un ejercicio de empatía con Lucía y respondamos a esta cuestión:
Cuando Lucía se vuelva a ver en una situación como esta, ¿cuál de las dos respuestas recordará primero?
Seguramente el primer impulso será recordar la primera, recordará que tras el mordisco ella automáticamente consigue lo que quiere, para ella la reprimenda son solo palabras que muchas veces no entiende aunque si comprende el enfado de su padre. Entonces lo más probable es que ante una situación similar vuelva a responder de la misma manera, ya que el refuerzo del juguete será más fuerte que nuestra reprimenda. La conducta se ha convertido en un hábito.

¿Qué debemos hacer?
Aquí entra en juego nuestra paciencia. No debemos dudar que nuestro cariño y nuestra actitud es lo más importantes para nuestros niñ@s. Cuando un niñ@ forcejea por un juguete es lógico que lo primero que se le dispara en la mente es conseguir el juguete como sea, entonces aparece el impulso del mordisco.
Solo nuestra repetición de la respuesta verbal comprensiva (o relativamente comprensiva, habrá ocasiones que habrá que actuar con más firmeza), hacer ver de nuevo las consecuencias de el mal comportamiento, remediar estas consecuencias (consolando al niño lesionado) y reconducir esa conducta hacia una más sana (compartir el juguete).
Este sería el caso el más común de todos entre el primer y el segundo año de vida.

Muerde para “llamar la atención”, por frustración, por impotencia:
Otras muchas veces los niñ@s muerden por enfados, rabietas, para llamar la atención, por frustración e impotencia. Entonces la solución no solo pasa por hablar y mostrar las consecuencias negativas reconduciéndole, sino que tenemos que hacer de psicólogos e identificar cual es el enfado, la rabieta, que deseo necesita cubrir, en definitiva cual es el mecanismo de disparo del mordisco.
Realicemos un diario, identifíquelas la correlación entre los actos y las circunstancias que favorecen el mal hábito del mordisco.
Algunos ejemplos:

Caso 1: “Lucía muerde siempre en los mismos horarios, cuando se acercan las siestas…”
Caso 2: “Pedro siempre juega sólo, cuando se le acerca algún niño juega un poco con él pero enseguida le muerde…”
Caso 3
: “ Alejandra siempre quiere que papá y mamá juegue con ella en el parque, en el momento que la dejamos con algún niño le muerde, está llamando nuestra atención, no quiere jugar sin nosotros, tiene que aprender….cómo….”
Caso 4
: “Todos los días me dicen que Rafa ha mordido en la Escuela, se lo enseña su hermano mayor, yo le regaño continuamente pero no sirve de nada….”.

Estos son 4 ejemplos de los innumerables casos y causas que pueden ocasionar frustración y enfado a los pequeñ@s.
En el primer caso podemos intuir que el motivo podría ser el sueño y el cansancio, Lucía muestra un carácter irritable y se desencadenan las conductas antisociales. La solución comenzaría en resolver esta falta de sueño y reprender sus malas conductas
En el segundo caso, Pedro necesita su espacio, le gusta jugar y explorar solo no debemos forzar a que esté en grupo, no lo necesita, cuando sienta esa necesidad él buscará a los demás sin la necesidad de ahuyentarles.
En el tercer caso, Alejandra siempre necesita que papá o mamá estén con ella, ¿es que no sabe estar sola?, seguramente no es eso. Parece evidente que la causa son los papás, ¿no pasan suficiente tiempo con ella?, la causa de por qué tiene esa reacción con los padres no sería tema para tratarlo aquí, pero sí lo que respecta a los mordiscos. En algún momento, experimentando probablemente, ha observado cómo después de la acción de morder sus papás han corrido a su lado, aunque sea para regañarla, está ha sido la respuesta correcta para ella. A partir de ese momento lo hará repetidamente para conseguir una y otra vez la misma respuesta. La única solución sería repetir una y otra vez verbalmente los daños del mordisco, reconducir su mal hábito enseñándole a compartir y prevenir esta acción. Si lo que está buscando es nuestra atención, démosla en cuanto podamos, por ejemplo en el momento en que se sienta a jugar con otra niña, en el momento que se ponga a jugar a algo acompañémoslas un ratito y después dejémoslas solitas, en el momento que diga algo divertido….aguzaremos nuestro sentidos para poder vislumbrar ocasiones positivas en que acompañar a nuestra pequeña. Después habrá que ocuparse de la causa por la que Alejandra se siente sola.
En el caso 4, no parece haber evidencias de las causas de los mordiscos repetidos, pero siempre las hay, tendremos que sacar nuestras dotes de investigadores. Y como en el tercero de los casos solucionar el problema que subyace en el mal hábito. Una de las causas más comunes (y atención porque digo una, las causas serían muchas pero aquí no podemos tratarlas todas) y que se repiten mucho es el caso de:

“es que ve al herman@ y hace lo mismo que él y es que con los herman@s espabilan mucho….”
Respuesta de mamá o papá orgullos@ de la actitud de su hij@

Y es verdad, con los herman@s espabilan mucho, tienen modelos muy interesantes y asequibles a seguir tanto para lo bueno como para lo malo. Pero en el caso de Rafa, parece que es para lo malo, Rafa con sus mordiscos repetidos muestra una frustración, la descarga de agresividad continua. Es muy probable que su hermano muestre su poder con él, el hermano mayor siempre gana, más si el hermano tiene muestra demasiadas acciones agresivas hacia él para conseguir ganar siempre. Probablemente Rafa tenga siempre las de perder, hasta que ha descubierto que con los mordiscos algunas veces sale ganando, pero claro mamá o papá me regañan, total que no disfruta siempre de su triunfo. Qué problema, claro, Rafa ante sus iguales resulta que gana siempre, siente esa sensación de poder que nunca consigue en casa, y esa sensación le satisface tanto que anula lo que siente por el enfado del Educador@ y el llanto del niñ@ lesionado. Entonces la solución pasaría por trabajar la relación de su hermano con Rafa y encontrar más maneras de que Rafa consiga gratificaciones en casa. Y como siempre, no olvidarnos del diálogo, de ver y solventar las consecuencias negativas de las acciones y ofrecerles alternativas positivas y sus problemas.

PREVENIR LAS SITUACIONES DE MORDISCOS
Hasta ahora hemos visto diversas causas y modelos de actuación frente a cada una de ellas, pero tan importante es solventar esos problemas como prevenirlos.
Cuando comience el primer mordisco de esa manera fortuita hay que darle la importancia que se merece y desde el principio responder negativamente hacia ella.
Cuando el hábito irremediablemente se ha aprendido, tendremos paciencia y responderemos a él como hemos visto en los casos anteriores pero con la diferencia de que mediante su observación veremos qué circunstancias lo desencadenan, nos adelantaremos a ellas y debemos evitarlas. Por ejemplo, si juega con otros niñ@s no perderlos de vista, premiar verbalmente las acciones positivas estando muy atento a ellas, proporcionaremos buen número de juguetes para evitar las peleas, jugaremos con ellos de vez en cuando para que necesitan llamar nuestra atención, seremos sus modelos a seguir y no juguetearemos mordiéndoles nosotros a ellos, etc.

Todas las conductas se pueden reconducir, unas con más esfuerzo que otras, pero nunca es tarde y si es necesario buscaremos ayuda en los profesionales que tenemos a nuestro alrededor que conocen a nuestros niñ@s casi tanto como nosotros, nuestros Educadores.

4 comentarios:

JMatesanz dijo...

Buen artículo, está muy bien expresado y nos da unas guías básicas para ir manejando este tema de los mordiscos, que tanto nos preocupa a los padres.

Fin. :)

Anónimo dijo...

Hola: ¡¡¡te he encontrado¡¡¡

Bueno, prometo leer detenidamente las entradas...

¡¡Sigue escribiendo¡¡

Piedad

mar dijo...

Graaacias, muy bien eso de entradas....veo que estas metida en el mundillo de los blogs y conoces su argot..jiijiji

Anónimo dijo...

Ya entiendo el mordisco del jugador de uruguay en Brazil 2014 tienes un serio problema psicologico.

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